La Piel como órgano marcador del manejo del estrés y su interrelación PNIE.
Desde la Psico Neuro Inmuno Endocrinología (PNIE), entendemos que el cuerpo es una unidad formada por una red de interconexión entre nuestros órganos y sistemas, emociones, entorno social y ambiental, conformando un funcionamiento interactivo que se modula entre sí.
Las condiciones estresantes, las cuales no sólo dependen del estímulo, sino también de las características del sujeto y de las circunstancias temporo-espaciales, generan una respuesta de adaptación con la activación de dos ejes:
Neurovegetativo (SNV) y Córtico Límbico Hipotálamo Hipofisario Adrenal (CLHHA), mediante respuestas neuroquímicas y hormonales, en busca del equilibrio hacia la homodinamia.
Cuando estas repuestas se cronifican, ya sea dado por un estresor agudo de alta intensidad o por la exposición prolongada al estresor, superando nuestra capacidad de adaptación, se afectan los sistemas neurológico, inmunológico y endocrinológico, produciendo un desequilibrio en las vías de comunicación entre ellos. Esta actividad desregulada repercute en otros órganos y sistemas como: eje gonadotrófico, tiroideo, metabólico, entre otros, traduciéndose en síntomas o incluso enfermedad de distintos órganos vitales entre ellos la piel. Desde la piel, podemos reconocer manifestaciones de las alteraciones en dichos sistemas, las cuales pueden desencadenar múltiples patologías cutáneas, y/o favorecer el mantenimiento o la exacerbación de la sintomatología de dichas patologías. Estas afecciones cutáneas pueden manifestarse desde signos de envejecimiento precoz, a afecciones inflamatorias (dermatitis, rosácea, otras), infecciosas (virales, micológicas, etc.) autoinmunes (vitíligo, psoriasis, Lupus Eritematoso Sistémico, etc.) entre otras. Un claro ejemplo es el vitiligo (enfermedad despigmentante de la piel), en el que el estrés emocional puede acelerar o desencadenar esta patología en personas con predisposición a presentarlo. Investigaciones que abordan la relación entre el vitiligo y el estrés han arrojado que en el 50 a 70% de los enfermos, aparece la enfermedad luego de la ocurrencia de eventos estresantes (en un período no mayor de un año), expresados por los pacientes como relevantes para su bienestar. A su vez el diagnóstico de la enfermedad provoca distintas reacciones emocionales, se ha comprobado la presencia de ansiedad, depresión, intranquilidad, agresividad, irritabilidad; existiendo una tendencia al aislamiento social, sentirse rechazados y como consecuencia hay dificultades en las relaciones interpersonales, sexuales, etc. Estas reacciones emocionales así como el sistema de relaciones interpersonales en que está inmerso el enfermo ejercen una importante influencia durante todo el proceso de la enfermedad pudiendo afectar el curso del tratamiento dermatológico. La manera de afrontar su enfermedad, influirá en la respuesta a dicho tratamiento, fortaleciendo de esta manera la importancia de la terapia integradora PNIE.
Comprender los mecanismos por lo cual se desencadenan estas patologías cutáneas y su correlación con el manejo del estrés y su interrelación con la red PNIE, permite un abordaje clínico integrador biopsicosocial desde el lugar que estemos en la atención de salud del paciente. El lograr entender la/s causas condicionantes y desencadenantes de la patología, nos permite interpretar mejores propuestas terapéuticas, generando mejores resultados en nuestros pacientes.
Desarrollaremos durante próximos cursos, distintas afecciones cutáneas profundizando en la incidencia de los aspectos inmunológicos, hormonales, emocionales, socio ecológicos, en el desarrollo, o perpetuación de las mismas. Debemos buscar restablecer el equilibrio de esos sistemas para tratar dichas enfermedades.
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